Si las tuberías de una casa no se limpian durante mucho tiempo, pueden surgir varios problemas que desencadenen desde molestias menores hasta problemas graves y costosos. Algunos de ellos son los siguientes:
Si no se realiza un mantenimiento y limpieza periódica de las tuberías en una vivienda, se pueden presentar inconvenientes que varían desde simples molestias hasta complicaciones serias y onerosas. Estos son algunos ejemplos:
Diversos factores pueden provocar la suciedad en las tuberías. Por ejemplo, en la cocina, restos de comida y grasas pueden acumularse en las conducciones, llevando a obstrucciones.
En los baños, el pelo y restos de productos cosméticos como jabones, champús y acondicionadores pueden acumularse en las tuberías, generando con el tiempo bloqueos que impidan el correcto flujo del agua.
En lugares con agua dura, con alto contenido mineral, es posible que se formen depósitos de estos minerales en las tuberías, afectando el flujo de agua. Además, en las tuberías del baño, el uso excesivo de papel higiénico, toallitas y otros productos puede originar atascos.
También cabe destacar que, en las conducciones exteriores, las raíces de árboles pueden introducirse en las tuberías, generando obstrucciones o incluso rompiéndolas.
Para preservar las tuberías en buen estado, es crucial no verter estos residuos en los desagües y llevar a cabo un cuidado constante de las mismas
La frecuencia con la que se debe limpiar y mantener las tuberías varía según su uso y estado. Generalmente, se recomienda una limpieza preventiva cada 18 a 24 meses para prevenir bloqueos significativos. No obstante, si detectas síntomas como un drenaje lento, malos olores o ruidos inusuales en las tuberías, quizás necesites actuar antes.
Las tuberías de drenaje que están expuestas a la penetración de raíces arbóreas pueden necesitar atención anual o incluso cada seis meses. En el caso de viviendas antiguas con tuberías de plomo o acero, dado su mayor riesgo de corrosión y obstrucción, es posible que requieran cuidados más seguidos.
Para contribuir a la salud de tus tuberías, es beneficioso adoptar prácticas cotidianas, como no deshacerse de restos alimenticios, aceites y elementos no biodegradables en el desagüe. Usar protectores en los drenajes para atrapar desechos y limpiarlos con regularidad también es aconsejable. No olvides que actuar con anticipación es la clave para eludir complicaciones mayores en tus tuberías.
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